Jolines, me hubiera gustado más sentir mariposas en el estómago como dicen de los enamorados. Pero por nuestro bien, o al menos esa era y seguirá siendo la intención, Kiko y Ángel nos obligan a sentir murciélagos en lugar de mariposas. Porque eso es lo que siente uno cuando empieza de cero un trabajo, una investigación, una inmersión en un caos que queremos ordenar. Hoy continuábamos con el ejemplo de investigación que comenté en la entrada del “dolor de cabeza”.
Murciélagos, dolor de cabeza, caos…, parece que esté hablando de torturas de la Inquisición.
No, no nos equivoquemos. Jugar con infinitas variables para poner orden, darle un sentido y entender o acercarnos lo mejor posible a la realidad construida (que no lo real, eso ya lo he aprendido), puede generarnos al principio una cierta sensación de perplejidad y confusión, pero luego ir pegando piezas de un puzzle de infinitas combinaciones y ver que va teniendo forma y que encima puede ir cambiando de forma en el proceso, eso, como el anuncio de Master Card, no tiene precio.
Es lo que me ha pasado hoy. He sentido por primera vez ese “click” que a lo mejor se convierte en un “crash” o un “cataplum”, pero lo he sentido. Por un momento tuve la sensación de ir encaminada, de entenderlo. Por un momento. Que luego vienen Kiko y Miguel y te lo desmontan todo. Pero al igual que te lo desmontan, te ayudan a volver a montarlo.
¿Estaré comenzando a entender el sentido de la Investigación?
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