Si Miguel y Kiko me hacían sentir murciélagos en el estómago, Ángel tiene el poder de colocármelos dentro del cráneo, que no sé si es peor, porque hay menos hueco.
Me ha pasado en todas sus clases hasta ahora, creer una cosa, y hacerme dudar de lo que pensaba.
Hoy amplié mi concepto de competencias. Y eso que solo hemos visto una de las tres definiciones alternativas de Ángel a las de DeSeCo. Hemos desgranado cada frase, sus palabras y sus definiciones diría que hasta niveles que ni el CERN con las partículas subatómicas.
Y lo hemos hecho hoy con las competencias hasta el punto de que he dudado si realmente soy competente. Competente en el sentido de competencias, entiéndase. Por un momento veía la personalidad elegida como el límite de una función y la competencia su asíntota.
Porque claro, si consideramos la educación como una construcción enriquecedora del propio proyecto vital, para mí, es una tendencia al infinito.
Por eso mi comentario para Ángel sobre mis problemas con los límites.
Y por eso el título de mi entrada ¿tengo alcanzadas competencias como educadora? Desde el punto de vista de una función continua, sí. Porque ciertos conocimientos, habilidades, actitudes, valores y emociones tengo. Pero cuando me voy acercando a la asíntota, no. Porque siempre puedo mejorar.
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