Una disonancia cognitiva es una desarmonía interna debido a pensamientos, creencias y emociones que entran en conflicto.

Este blog es una recopilación de mis entradas de diario del máster. No pretende describir las materias ni dar información sobre los contenidos o los procesos, sino simplemente reflejar los pensamientos que acuden a mi mente y que a veces pueden producir ciertas disonancias que espero que me sirvan para crecer como profesional y como persona.

Si no se entiende lo que escribo, da igual. Muchas veces no me entiendo ni yo.

martes, 22 de octubre de 2013

Carmina Burana o la exaltación de lo placentero

Carmina Burana es una colección de cantos goliardos del medievo (los goliardos podrían definirse como los “antisistema” de su época) que ensalzan el gozo y el placer. Casi todo el mundo ha escuchado alguna vez el famoso “O Fortuna” al que Carl Orff  le puso partitura ya en el siglo XX y se ha venido utilizando en muchos momentos culmen de películas, documentales, etc. Lo recuerdo, por ejemplo, en Excalibur de John Boorman, y en muchísimas más pelis. Vamos, utilizado hasta la saciedad.
Hoy la fortuna no tuvo nada que ver pero al salir de clase sonaba en mi cabeza ese famoso fragmento.
Abriendo mi corazón y siendo francamente honrada, qué sensación de gozo y placer me ha invadido de los pies a la cabeza. No tengo palabras para describirlo. De verdad. Sentir que en dos días yo apenas sabía nada (¿apenas? ¡ja! ¡nada!) sobre investigación y ver que soy capaz de presentar un diseño mínimamente decente, meditado, estructurado y argumentado, me ha producido un subidón que ni el Kamikaze del Aqualand (es que cosas más fuertes no suelo hacer, la verdad).
¿Que el otro día sentía murciélagos en el estómago? Hoy ya no están. Hoy volaban mariposas y sonaba el Carmina Burana. Evidentemente, al terminar de exponer.
Esto se lo debo a mis compañeros de fatiga, tanto de nuestro pequeño grupo como toda la clase. Con ellos he constatado, discutido, debatido y negociado sobre nuestras ideas previas. Ideas previas sobre la materia que yo intuía pero que en principio no sabía darles forma. Y además, he tenido que ayudarme de ellas para poner cierto orden al caos que se nos proponía. Todo eso a base de dar vueltas, machacar, definir, "deconstruir" y construir ideas... Todos hemos formado parte de esta gesta. Qué menos que sonase el O Fortuna al final ya en plan peliculero.
Y también se lo debo a mis profesores, Miguel y Kiko, quienes nos han acompañado en este esclarecedor viaje. Qué buena metodología. Qué disfrute. Como escribió Espronceda: ¡Qué gozo, qué placer!
Y esto es solo el comienzo.
Echadme más murciélagos, que ahora mismo me los como.
(Kiko y Miguel, no os lo toméis al pie de la letra que os veo venir).

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