Después de una primera semana muy intensa y apasionante en el máster, me doy cuenta de que debo "desintoxicarme" de muchos prejuicios y juicios (entendidos como operaciones del entendimiento, u opiniones basadas en mis conocimientos y mi experiencia vital).
Si quiero enfocarme plenamente, sin lastres ni complejos, en una linea realmente innovadora, prometedora y transformadora, tengo que olvidarme de todo lo anterior.
He de confesar que hasta ahora he estado bastante decepcionada en cuanto a la realidad educativa que te encuentras en los colegios y ando arrastrando un cierto desasosiego en cuanto a conciliación entre teoría y práctica. Y por mal que les pese a los docentes del máster, miro con escepticismo gran parte de las propuestas. Siempre he sido de las que preconan que hay una distancia inabarcable entre lo que nos enseñan en la Universidad y la realidad aplastante con la que te encuentras en la práctica diaria. Siempre me he quejado de ello, y por eso escogí este Máster: Para ver un rayo de esperanza y enseñarme y aprender otros caminos. Para mostrarme que las cosas se pueden hacer bien y es posible hacerlas. O al menos, para mantener el entusiasmo por hacer bien tu labor.
Por poner un ejemplo: El curso pasado asistí a una charla sobre el TDAH dada por un Inspector de la Administración. Entre otras cosas, nos recomendó el libro de Sir Ken Robinson, "El Elemento". Enseguida lo compré y lo leí. Y me llevé una decepción. No me decía nada especial o que ya no hubiese constatado anteriormente. Otro best seller más ¿Es que no está claro que uno necesita estar en su "elemento" para sentirse pleno? igual peco de arrogancia, pero, de verdad, esperaba más. O quizás las respuestas no estuvieran en el libro sino en mí. Yo no las encontré. Será que no me pilló inspirada.
Tengo mucho trabajo por hacer, mucho por conocer, mucho por estudiar, mucho por aprender. Pero este Máster también tiene mucho por hacer conmigo (y creo que es un deber de mis docentes): Voy a ser realista, y desde mi punto de vista, no soy capaz de verlo todo de color rosa o sentir que puedo cambiar el futuro. No, lo siento. ¿Que mi pequeña aportación es importante? ya veremos con el tiempo. Pero por ahora, todavía me estoy dando cabezazos contra una pared.
Creo que he de terminar este Máster cambiando mi actitud. Sé que depende de mí, pero tambien depende de la visión que me ofrezcan estos estudios y lo que sea capaz decambiar en la construcción de mis pensamientos.
Una buena amiga mía que se dedica al arte me confesaba que realizó un máster que la dejaba agotada mentalmente y que le hizo reflexionar mucho sobre aquello con lo que trabajaba. Quiero eso. Quiero romper barreras, quiero abrir fronteras, quiero apasionarme por mi trabajo.
No quiero quedarme en la monotonía y ahogarme bajo la presión de la Administración o la dinámica circundante que encuentras en muchos sitios: haz lo que puedas y ya está, cíñete a lo mínimo, no se te ocurra salir de nuestras fronteras..., ¿para qué te esfuerzas con lo que nos pagan...? Quiero aportar mi pequeño grano de arena al mundo.
A mis profesores (y compañeros) les digo: ¿Es posible hacer algo para limpiar y descargar la mente para que nuevas y frescas ideas se abran paso? ¿podéis decirme que se puede de facto? Que el sistema es mucho sistema.
Yo me digo: Vamos espíritu, ponte en pie y camina. Sigues vivo y coleando.
Yo me digo: Vamos espíritu, ponte en pie y camina. Sigues vivo y coleando.
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