La primera clase con Pilar la terminamos con la intriga de lo que contendrían unos sobres que trajo. Sabemos que contienen mensajes para reflexionar y crear dinámicas de comunicación, pero no tuvimos ocasión de abrir el primero. Llevaba una ristra de ellos. Nos faltó tiempo.
La Formación del Profesorado es un tema que siempre me ha interesado: Por el camino que hay que recorrer, por las vías que se pueden utilizar, por las motivaciones y/o el interés que puede suscitar, por su necesidad, por su utilidad, por las formas en que se puede realizar, por la diversidad de maneras en que todos los que nos dedicamos a la docencia intentamos aprender -los que lo hacen-, por lo que puede suponer para tu cambio personal y profesional, etc.
3 elementos básicos forman parte de la formación del docente: Teoría, práctica y personalidad. En esta primera clase salieron a relucir nuestras prácticas y nuestra personalidad. Hablamos sobre la realidad con la que nos encontramos y mostramos cómo nos enfrentábamos a ella. Sobre todo mi querida compañera Irene. Andábamos ese día con ganas de desahogarnos. O quizás fue Pilar quien dio pie, puede ser.
Al terminar la clase, parecía que faltaba la tercera parte: La teoría. ¿Y los sobres? ¿Y la dinámica? ¿Y todo lo demás que parecía que había programado para la clase y que no dio tiempo a ver?
Y con gran acierto nos comentó Pilar que si no nos había parecido suficiente todo lo que habíamos tratado. Las lecturas y conclusiones a las que podíamos llegar tras las manifestaciones que habíamos hecho escuchando más allá de la simple anécdota. Y la primera de ellas: Aprendemos unos de otros. Evidente pero siempre sorprendente. Nunca sabes qué puedes aprender de tus compañeros. Como decía Santos Guerra, todos venimos a clase con una caja de galletas. Yo me imagino una caja como las galletas Cuétara, de diversas formas y sabores, cada uno trayendo la suya en una edición única y especial, y nosotros escogiendo las galletas que nos ofrecen y que más nos atrayesen. Todos compartiendo nuestra caja con los demás.
Al igual que nosotros, Pilar traía también su caja de galletas, y unos sobres. Tengo ganas de abrir esos sobres, a ver qué ponen. Y ver qué galleta puedo escoger.
No hay comentarios:
Publicar un comentario