En la última sesión, Miguel Ángel Santos Guerra, nuestro "regalador de historias", me obsequió con un tesoro que guardaré como oro en paño: Un punto.
Especifico: Un folio blanco con un pequeño punto que él mismo dibujó en el centro.
A la pregunta de: "¿Qué ves?" tendemos a responder: "Un punto".
"¿Y por qué no veis el folio?", nos dice Miguel Ángel. "Lleváoslo, lo ponéis en el aula y no olvidéis nunca de ver el folio entero en lugar de fijaros solo en el punto. Con las personas es igual. No os quedéis con la mancha, sino con todo el folio".
Le pedí una dedicatoria para mi folio. Voy a comprar un marco y lo voy a poner en mi clase. Para que no se me olvide.
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